Tipos:
En España existen tres clases de termitas. La más extendida y común es la termita subterránea (reticulitermes banyulensis), junto con la termita de la madera seca (kalotermes flavicollis). También tenemos pero con mucha menos incidencia la termita canaria (criptotermes brevis).
Biología:
Termitas subterráneas (reticulitermes banyulensis)
Las termitas contribuyen al mantenimiento de nuestro bosque, alimentándose y descomponiendo la madera muerta. Sin embargo, esa actividad supone un riesgo para nuestras viviendas y propiedades. Las termitas atacan las estructuras y construcciones de madera provocando, en muchas ocasiones, daños estructurales importantes.
El termitero suele estar situado en el subsuelo y encontrarse a más de 40 metros del lugar en que se detectan sus señales. Acceden a la madera de las viviendas (vigas de madera, marcos de puertas, zócalos, muebles adosados, etc.) desde el interior de las construcciones atravesando muros y paredes, para ello, forman unos túneles de barro hechos de arena, excrementos y saliva por donde se mueven ocultos a la luz porque tienen fototropismo negativo (no soportan la luz).
Las termitas son insectos sociales como las hormigas, abejas, etc. Sus miembros se encuentran divididos en castas o grupos dependiendo de su función dentro de la colonia y que responden a una morfología concreta.
Las más numerosas son las obreras. De color blanco, son encargadas de alimentar al resto del termitero mediante la trofalaxia que consiste en transportar el alimento en el estómago y transmitirlo de un individuo a otro a través de boca-boca o ano-boca. También cuidan de las larvas y huevos y se encargan de la construcción del termitero. Las obreras son las que tienen el aparato digestivo preparado para degradar la celulosa contenida en la madera para hacerla digerible, por eso son las únicas responsables de los daños causados en la madera.
Los soldados son también blancos y prácticamente de la misma talla que las obreras, pero poseen una cabeza hipertrofiada con dos grandes mandíbulas y son mucho menos numerosos que las obreras. Están encargados de la protección de la población contra los enemigos (principalmente las hormigas).
La pareja real es la única casta con capacidad reproductora en activo del termitero, son los responsables de incrementar la población. Esta casta emite sustancias hormonales (feromonas) que regulan el funcionamiento interno del termitero (desde el número de obreras a la inhibición del desarrollo de los reproductores suplementarios). La reina prácticamente no se mueve, es alimentada por las obreras, produce los huevos de la colonia y las feromonas necesarias para el equilibrio del termitero.
Los reproductores secundarios tienen la capacidad de poner huevos pero esta función esta inhibida por la influencia hormonal de la pareja real del termitero al que pertenecen. Si algunos de los miembros de la pareja real se debilitan o mueren rápidamente estos los sustituyen.
Los reproductores primarios se encargan de la proliferación de nuevas colonias. Estos individuos disponen de alas que les permiten abandonar el termitero para que más tarde, junto con el macho, funden un nuevo termitero. Mientras la reina real desarrolla extraordinariamente su abdomen para la puesta masiva de huevos, las primeras obreras cuidan y alimentan a la pareja real.